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MITOS Y REALIDADES SOBRE LA PSICOTERAPIA

  • Vanessa Uribe H.
  • 3 jun 2014
  • 7 Min. de lectura

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Quisiera mencionar algunos de los mitos o creencias comunes que se tienen alrededor de la psicoterapia y la idea de acudir a un profesional de esta índole. Es importante que tanto los psicólogos como las personas en general, nos ocupemos de cuestionar los prejuicios y revisemos si nuestra perspectiva se acerca o no a un punto de vista sensato sobre la psicología.


Mito: “Para pedir servicio psicológico debo estar muy grave, tener un trastorno mental o estar loco(a)”


Es un mito. La realidad es que cualquier persona puede ir al psicólogo. Incluso los mismos psicólogos tienen su propia terapia personal, porque consideran que es una fuente importante de apoyo para la reflexión sobre sus dificultades de vida. Existen diversos motivos para consultar: duelo, ansiedad, toma de decisiones, dificultades con la identidad o las relaciones interpersonales, separaciones o divorcios, tristeza o depresión, dificultades de pareja, maternidad o paternidad, intentos o deseos de suicidio, sentido o proyecto de vida, entre otros.


La psicoterapia es una opción para apoyarnos ante los problemas que tenemos todos sólo por el hecho de existir, y no todos los enfoques psicológicos tienen como objetivo diagnosticar y tratar enfermedades mentales. La psicoterapia existencial es uno de esos modelos que no se basan en el paradigma médico de la “salud mental” y ofrece una visión diferente de los seres humanos.


Mito: “Si voy al psicólogo me van a mandar a tomar medicamentos”


Es un mito. La realidad es que los psicólogos no son médicos y por lo tanto no están autorizados para recetar medicamentos a sus pacientes. Los profesionales que sí pueden hacer lo anterior son los psiquiatras, quienes son médicos que optan por especializarse en esta rama de la medicina: la psiquiatría. Generalmente los psiquiatras recetan medicinas para la ansiedad, depresión, insomnio, ataques de pánico, comportamientos repetitivos, alucinaciones, etc. Si vas al psiquiatra es muy posible que la base del proceso conste del consumo de estas medicinas, pero si vas al psicólogo, no tiene por qué haber pastillas en la intervención. Es decisión de cada persona pedir ayuda psiquiátrica o psicológica, dependiendo de tu estilo de afrontamiento de los problemas y de la información que hayas adquirido para la toma de dicha decisión. Antes de tomar medicamentos, infórmate bien al respecto y acude a las personas autorizadas para ello.


Mito: “El psicólogo te quita los problemas de la vida, toma decisiones por ti y te ayuda a eliminar sentimientos desagradables”


Depende del tipo de psicoterapia, de lo que necesitemos y de las creencias que tengamos acerca de los problemas de la vida. Vivimos en una sociedad que promueve algo así como “la cultura de la Aspirina”, en donde se nos enseña que la ansiedad y los problemas deben ser resueltos rápidamente, tal y como funciona la mayoría de veces que vas al médico por un dolor de cabeza o una gripa. Para la experiencia emocional y psicológica se tienen diferentes vías de abordaje y distintos ritmos en el proceso. Hay psicoterapias en donde los profesionales le dan direcciones al paciente para afrontar su situación y en otras donde consideran que la angustia es una parte inevitable de la vida que podríamos aprender a entender, analizar y manejar de formas constructivas. Es posible que encuentres psicólogos que prometan soluciones rápidas, te señalen qué debes hacer y trabajen contigo en eliminar la ansiedad o la tristeza. Existen profesionales que no están de acuerdo con esta manera de ver la vida y que proponen un abordaje distinto, así como hay personas que cuando solicitan el servicio no creen en este tipo de promesas. Es cierto que en los momentos difíciles deseamos una varita mágica que nos quite el malestar, pero incluso antes de convencerte de que esto existe y es posible que alguien te lo brinde, vale la pena reflexionar si es lo que realmente deseas, ya que la vida siempre nos presenta nuevos retos que demandan diferentes habilidades para afrontarlos, no necesariamente esta sensación de poder eliminarlos velozmente.


Mito: “Durante el proceso psicológico me voy a sentir mucho mejor y mi vida va a cambiar”


Es un mito. La realidad es que, como todo en la vida, depende. Hay personas a las que les resulta muy gratificante ir a terapia y cambian sus vidas drásticamente. Pero este no es el panorama para todos, incluso es escaso vivirlo así. La mayoría de pacientes durante su proceso terapéutico tocan temas y sentimientos íntimos que los hacen sentirse vulnerables y confundidos, incluso más perdidos que como estaban antes. Esta reacción es completamente normal cuando decides enfrentar los problemas, conocerte mejor, decírselos a alguien más y descubrir aspectos de ti mismo que no entiendes o que no te gustan. Comprender cómo llegaste a ser quien eres y cómo construiste el mundo en el que vives, no siempre deja sensaciones agradables ni rutas claras para el futuro. Se necesita tiempo, paciencia y fortaleza durante el proceso para encaminar todo esto de manera constructiva y satisfactoria. Algunas personas al final de la terapia descubren que lo que necesitaban no era cambiar sino entender mejor sus circunstancias y aceptar aspectos de sí mismos que no les agradaban. Cada proceso es único y el resultado final no tiene una predicción garantizada.


Mito: “El psicólogo ya sabe de antemano cuántas sesiones de terapia o cuánto tiempo necesito para resolver mis problemas”


Es relativo a la forma de trabajar del psicólogo y a lo que el paciente busca en éste. Existen psicoterapeutas que desde el inicio les dan a sus pacientes un tiempo límite de sesiones, en donde te aseguran obtener mejoría o solución de tus dificultades. Hay psicólogos que te dicen que para resolver el duelo que vives por una ruptura amorosa, necesitas ocho sesiones y listo. Sin embargo, esto no lo hacen todos y algunos no estamos de acuerdo con establecer estas medidas. En realidad, es bastante arriesgado realizar este tipo de promesas, porque al fin de cuentas ¿quién puede leer el futuro? ¿Cómo podemos saber con plena certeza que en dos meses tu angustia se va a desaparecer? Hay una línea muy delgada entre prometer algo así y estar dando falsas esperanzas, aun teniendo las mejores intenciones. Algunos enfoques de terapia no miden el proceso en cantidades o en resultados que se buscan predecir, porque consideran que los seres humanos y las dificultades de la vida son tan complejos que no permiten una cuantificación exacta y certera. Debido a esto, en las primeras sesiones se trata abiertamente el tema de la duración y se establece un acuerdo consensuado al respecto. Puede ser útil que lo reflexiones tú mismo: si en este momento de tu vida te encuentras en duelo por la muerte de un ser querido (o cualquier otra situación complicada), ¿cuánto tiempo crees que necesitas para atravesar tu dolor? ¿Cuánto tiempo crees que debes tener para despedirte de esta persona de una manera satisfactoria para ti? Es posible que ni tú mismo lo sepas con exactitud. Lo más importante de todo esto es que tengas en cuenta que hay diferentes tipos de terapia, ninguna es en sí mejor o peor, buena o mala, corta o larga, eres tú quien determina qué tipo de trato deseas recibir de tu psicólogo, así como tu actitud frente a la duración del proceso. En últimas, es algo que finaliza cuando tú lo determinas.


Mito: “Hay psicólogos muy buenos que le sirven a todos los pacientes; existe un enfoque psicológico que es el mejor, el más serio y el más efectivo”


Es un mito. La realidad es que no existen investigaciones contundentes sobre cuál es el enfoque psicológico más efectivo. Nadie ha podido demostrar que por ejemplo el psicoanálisis es mejor que la terapia cognitiva, o que la terapia existencial no sirve tanto como la terapia Gestalt. Esto permanece siendo un misterio y algo no concluido por parte de los psicólogos y los investigadores. Para empezar, pocos pacientes conocen la teoría en la que se apoya su psicólogo, lo cual dificulta obtener información clara en las investigaciones. Lo mismo aplica para determinar que un terapeuta es el mejor y hay garantía de que a todos les sirva y les guste. Siempre existirán profesionales que no nos van a gustar aunque a nuestro mejor amigo le haya ido de maravilla con él/ella. Se han podido verificar los aspectos que ayudan a las personas en una terapia, reportados por los mismos pacientes, y éstos no hacen referencia a la teoría sino a las cualidades de ser del profesional, es decir, a quién es y cómo es la persona que nos ayuda. Características que tienen que ver con su escucha, aceptación, respeto, forma de dialogar, etc. Siendo así, resulta más viable que pongas atención a cómo te sientes con ESTA PERSONA que está frente a ti, porque es LA RELACIÓN TERAPÉUTICA la que posiblemente te ayudará más. No hay buenos o malos psicólogos, tampoco hay buenos o malos enfoques teóricos, hay buenos o malos encuentros entre paciente y terapeuta.


Mito: "La psicoterapia garantiza la resolución de los problemas, la cual puede ser rápida y sencilla".


Es un mito. Aunque existen profesionales que aseguran que esto es posible, vale la pena cuestionarlo, y que tú como paciente de verdad te preguntes si tus problemas tienen una solución cuasi mágica. Las personas quieren soluciones rápidas para problemas de toda una vida. Lo cierto es que los sentimientos desagradables y nuestra forma de vivir no son algo tan sencillo de entender y resolver como se resuelve un dolor de estómago. La psicoterapia existencial, por ejemplo, reflexiona alrededor de la creencia de que la vida es algo que tiene que resolverse, porque pensándolo bien: ¿la vida se resuelve? ¿la vida es algo que tiene solución? ¿nos podemos curar de la vida? ¿Los problemas tienen un fin definitivo? Creemos que la angustia es inevitable y que vale la pena trabajar por atravesarla de diferente manera, no por evitarla a toda costa, lo cual, a su vez, puede aumentar la ansiedad. Comenzar un proceso terapéutico requiere tiempo, paciencia y un gran compromiso contigo mismo para sacarle el mejor provecho posible, aun cuando esto se demore y no sea fácil de afrontar. Seis meses de terapia son 24 horas de encuentro, ¿qué de tu vida puedes resolver en 24 horas? Vale la pena reflexionarlo.


Mito: "El proceso terapéutico depende principalmente del psicólogo. El paciente trabaja poco, el psicólogo sabe cómo hacerlo todo".


Es un mito. Cualquier psicólogo necesita el compromiso de su paciente para poder hacer un buen trabajo. A menudo los pacientes se imaginan que ellos sólo tienen que asistir a una cita y hablar de sus problemas, que con esto el psicólogo hará todo el trabajo y las cosas saldrán bien. Pues nada es más alejado de la realidad. Cuando una persona decide comenzar un proceso psicoterapéutico debe saber que esto requiere un compromiso muy serio de su parte. Es principalmente un compromiso consigo mismo, una motivación que viene desde sus propias necesidades para su beneficio. Si realmente quieres cambiar algo, entenderte, aceptar situaciones, conocerte, etc. necesitas tiempo y constancia en el proceso. Esto incluye sesiones agradables y desagradables, honestidad y respeto mutuos, descubrimientos placenteros y confusos, tiempo en tu agenda para una cita semanal en un horario fijo previamente acordado, apertura para profundizar en los aspectos más íntimos de tu vida, etc. El proceso terapéutico depende por igual del psicólogo y de su paciente, en donde el primero también se compromete a varias cosas una vez deciden comenzar. Si quieres hacer algo por tu vida, necesitas poner de tu parte.

 
 
 

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